Casey Anthony, "la madre más odiada de EE.UU.", rompió su silencio seis años después de ser absuelta por el asesinato de su hija de 2 años
En 2011 el juicio a esta joven acusada de asesinar a su hija se convirtió en una obsesión en EE.UU.: cada detalle del caso fue parte de un morboso circo mediático que culminó con las palabras "no culpable". Ahora, la "madre más odiada" de Estados Unidos, finalmente habló.
Las seis semanas del juicio a Casey Anthony en 2011 se vivieron en Estados Unidos como una truculenta telenovela en vivo, seguida por millones de personas a través de la televisión y las redes sociales.
Fue uno de los casos de asesinato más mediáticos de las últimas décadas en el país, comparable al del exjugador de fútbol americano O.J. Simpson.
La protagonista de esta historia era una joven de 25 años, acusada de matar a su hija Caylee, de 2 años.
Según la fiscalía, la madre había matado a la pequeña en junio de 2008 cubriéndole la boca y la nariz con cinta aislante, arrojando el cuerpo en un bosque cerca de la casa de sus padres en Orlando, Florida.
Luego de semanas de revelaciones, testimonios contradictorios y acusaciones cruzadas, el 5 de julio de 2011, para sorpresa de muchos, Anthony fue declarada "no culpable" de los cargos más graves de los que estaba acusada: asesinato en primer grado, homicidio culposo y abuso infantil.
La joven fue hallada culpable de dos cargos por falso testimonio, pero como llevaba 3 años presa a la espera del juicio, se consideró que ya había cumplido con la pena y, dos semanas después del polémico veredicto, fue liberada.
"Mi sentencia fue decidida mucho antes de que hubiera un veredicto. Sentencia primero, veredicto después. La gente me encontró culpable mucho antes de que tuviera mi primer día en la corte", dijo Anthony en una entrevista con la agencia de noticias AP.
Luego de 6 años en silencio y de estar en paradero desconocido, la que fue calificada como "madre más odiada" de EE.UU. decidió hablar.
La entrevista ha causado revuelo en los medios en EE.UU. y las declaraciones de Anthony han sido objeto de polémica en las redes sociales.
En EE.UU. hay todavía muchos que no entienden el comportamiento de Anthony antes, durante y después del juicio.
"Duermo bastante bien por las noches"
"Todo el mundo tiene sus teorías" sobre lo que pasó con Caylee, contó Anthony a AP desde su casa, en el sur de Florida. Pero ella, dijo, a día de hoy no sabe qué pasó con la pequeña.
"La última vez que vi a mi hija creía que estaba viva y que estaba bien, y eso es lo que se me dijo", agregó.
Caylee estuvo un mes desaparecida antes de que la abuela de la niña, Cindy Anthony, denunciara su desaparición a la policía.
Según los testimonios del juicio, durante ese mes, Casey Anthony siguió su vida con normalidad. Concurrió a fiestas y hasta se hizo un tatuaje con las palabras "Bella Vita".
Cuando se le preguntaba sobre su hija, decía que estaba con una niñera que nunca existió y dio información falsa a las autoridades sobre un trabajo ficticio y un supuesto padre de Caylee.
Toda su actitud apuntaba, según los fiscales, a que la menor era para ella un obstáculo para seguir con su vida fiestera.
"No me importa lo que la gente piense de mí. Nunca me importará", dijo Anthony a AP. "Estoy bien conmigo misma. Duermo bastante bien por las noches".
En palabras de Josh Replogle, el periodista de AP que hizo la entrevista a Anthony, las respuestas de la mujer sobre el caso "eran de a momentos reveladoras, raras y contradictorias, y terminaron generando más preguntas que respuestas sobre el caso que cautivó a la nación".
Hoy tendría 12 años
A sus 30 años, Anthony trabaja para un detective privado, haciendo búsquedas en redes sociales y otros trabajos de investigación.
"Me gusta el hecho de que tengo una perspectiva única y tengo la oportunidad de hacer por otras personas lo que muchos otros hicieron por mí", afirmó en la conversación con AP.
De hecho, le gustaría tramitar el permiso de investigadora privada y trabajar para estudios de abogados.
En estos años, cuando sale a tomar algo, suelen reconocerla, lo que la lleva a recluirse.
"En este momento Caylee tendría 12 años", dijo Anthony.
Ella imagina que, si viviera, su hija tendría mucha actitud: "Me gusta pensar que escucharía rock clásico, practicaría deportes", y no soportaría tonterías.