Sucesos
¿Descontar penas con días de trabajo en la cárcel? Polos opuestos analizan este beneficio
Dos abogados abarcan, desde distintas ópticas, esta posibilidad que permite el código penal y que ha generado críticas tras el caso de Yuliana Ureña.
La semana pasada, la discusión sobre la reincidencia de los agresores sexuales tomó vigencia de nuevo. Esto luego de que un hombre de apellido Acuña fue detenido como sospechoso de violar y asesinar a la joven Yuliana Ureña, entre el 21 y 22 de setiembre.
Sobre los hombros de este sujeto, de 40 años de edad, recae una condena de 20 años y 8 meses de prisión, por haber cometido tres violaciones en 2005.
Aquella pena se cumplió y el sentenciado dejó la cárcel. Pero menos de dos años más tarde, Acuña volvió a ser detenido, por su presunta participación en un homicidio cuyo móvil parece ser un ataque sexual, según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Tal situación llevó al director general de esa entidad, Rándall Zúñiga, a abogar por la creación de un registro de ofensores sexuales. Propuestas similares han surgido desde otras trincheras, algunas de las cuales ya están en la corriente legislativa.
En tal escenario es que surge la interrogante de si un agresor de este tipo puede rehabilitarse o no. Tres expertos consultados por Teletica.com apuntaron que sí es factible y que trabajar en ese sentido incluso puede ayudar a disminuir la posibilidad de que estas personas reincidan.
Una de las especialistas consultados fue integrante de la Junta Directiva del Colegio de Profesionales en Psicología (CPPCR), Ingrid Arias. La psicóloga enfatizó en que, si bien sí es una posibilidad, lo cierto es que mucho depende del compromiso de la persona.
"La rehabilitación como tal o en el abordaje con este tipo de personas sí se puede llevar a cabo, porque en realidad sí se puede trabajar. Sin embargo, es bastante complejo y delicado el trabajo con este tipo de pacientes. ¿Por qué razón? Porque en la mayoría de los casos este tipo de personas no aceptan que tienen un problema.
"Para que el proceso de rehabilitación o el proceso terapéutico sea realmente eficaz, la persona tiene que aceptar que tiene un problema. Que tiene un problema con el manejo de su sexualidad, que tiene un problema con la percepción de las personas que tienen alrededor. Sin embargo, si esta persona no acepta que tiene un problema, su proceso de rehabilitación o de tratamiento se vuelve un tanto complicado y delicado, justamente porque no al no haber aceptación del problema, no hay un compromiso con el proceso", explicó Arias.
Valga mencionar que, si bien el acompañamiento profesional es una parte importante del tratamiento de estas personas, también lo es la medicación que se les receta. Esa es una parte que influye en la rehabilitación de los agresores de este tipo, de acuerdo con la vocera del Colegio de Psicología.
En la misma línea se pronunció la máster en Psicología Clínica, Melissa Céspedes.
"¿Sabe qué marca la diferencia? La adherencia al tratamiento, porque muchas de estas personas llegan a la vía judicial y ya quedó su proceso ahí. Ya cuando se empieza a hacer un proceso, no sé, por ejemplo pienso en Penal Juvenil, chicos más jovencitos que también han tenido delitos complejos, en realidad depende mucho de la adherencia. Si la persona tiene una adherencia en tratamiento, pues su pronóstico va a ser favorable. A veces lo que cuesta la adherencia. ¿A qué me refiero con la adherencia? A que no son consistentes con el tratamiento", subrayó la especialista.
Céspedes mencionó que ese tratamiento varía según las clasificaciones, a que existen algunos eventos que resultan episódicos, frente a otros de carácter criminal.
La falta de compromiso con el tratamiento puede derivar en picos, en los cuales, en unas ocasiones, el paciente puede estar estable, pero en otras puede comportarse de manera errática y ser más propenso a una reincidencia, indicaron las expertas.
"Obviamente cuesta mucho trabajar con un ofensor sexual. No es fácil, para nada lo es. Pero sí se puede si la persona tiene deseos y si se trabaja desde un modelo cognitivo-conductual, que es un modelo que trabaja con las ideas de las personas para modificarle las conductas", aseveró en cambio el psicólogo clínico del Hospital Clínica Bíblica, Esteban Carvajal.
El especialista recordó que cuando se trata con ofensores sexuales, generalmente se trata de personas que han sido violentadas en su infancia o adolescencia, y que, como consecuencia de esto, desarrollan una personalidad dependiente, baja autoestima y con realidades distorsionadas.
Aunó que estas personas suelen ser reincidentes, ya que actúan por conductas. Sumó que estas personas aprenden conductas violentas desde la infancia; mismas que repiten, sin tener noción de ello.
¿Y qué aporta tal rehabilitación?
"Sirve rehabilitarlos porque de alguna manera son un peligro para la sociedad, porque andan cometiendo actos que son en todos los aspectos no adecuados: en la parte legal, psicológica, moral y demás. Entonces es necesario rehabilitarlos", dijo Carvajal.
Tanto Arias como Céspedes mencionaron que una adecuada rehabilitación del agresor puede impactar las posibilidades de que este reincida.
Para este artículo también se procuró conversar con especialistas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), así como del Ministerio de Justicia y Paz (MJP), no obstante, al cierre de esta publicación las oficinas de prensa de ambas instituciones mantenían en trámite las solicitudes de entrevista.