166 personas vivían en Corcovado en medio de condiciones extremas y naturaleza salvaje
El parque que hoy es considerado el lugar más intenso del mundo, biológicamente hablando, según la revista National Geographic, fue el hogar de costarricenses hace 90 años.
A partir de 1914, con la creación del cantón de Osa, aumentó el crecimiento poblacional en la península, esto provocó que familias sin terrenos llegaran al territorio de Corcovado en busca de un nuevo hogar; pero algunos también atraídos por la fiebre del oro, ya que había gran concentración en las playas locales.
Fue entre 1930 y 1940 que arribó la mayor cantidad de familias a la zona para trabajar en cultivo de granos y cría de ganado. Entre ellos estaba Félix Avellán, un hombre adinerado que tenía el único comisariato de Corcovado y una pista de aterrizaje en la localidad de Sirena, donde aviones llegaban con insumos para los habitantes. El sector de Llorona contó con una pequeña escuela, que duró solo un año; ahora este lugar es de difícil acceso.
Durante los años 60 y 70, hubo conflictos entre los habitantes y empresas madereras que buscaban adquirir tierras para la explotación del recurso; de ahí que, en dicha época, decenas de familias fueran desalojadas. En ese momento, ya era preocupante la destrucción de la riqueza biológica de la zona, lo que provocó que, en 1975, Corcovado fuera declarado parque nacional y con ello comenzara un proceso de recuperación del territorio.
De 1970 a 1975, la extracción de minerales fue considerable: imagínese que en ese período se ocuparon hasta 400 hectáreas dedicadas a la explotación natural. Otra actividad que se realizaba era la venta de guaro de contrabando.
El origen del nombre Corcovado tiene dos versiones: una, por la forma curva de una roca ubicada en la playa y, otra, debido a la forma que tienen los ríos locales.
Casi cinco décadas después, la naturaleza ha retomado poco a poco su espacio y ya queda muy poco del pueblo que habitó Corcovado.
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Ninguna otra región similar a Corcovado, en la Tierra, cuenta con la diversidad biológica que existe en este lugar
El parque nacional cuenta con más de 42 mil hectáreas terrestres y 3.354 hectáreas marinas, además contiene el ecosistema más completo de insectos tropicales desde México hasta Panamá.
Hay más de 1.500 especies de plantas: 500 forestales, lo que corresponde a la cuarta parte de las existentes en todo el país, y 23 en riesgo de extinción. Es uno de los pocos bosques muy húmedos tropicales que se mantienen vírgenes en el continente.
10 guardaparques se encargan de proteger los 560 km2 de territorio, en la zona se da la extracción de oro y caza ilegal, así que tienen mucho trabajo en un área tan extensa.
Corcovado posee la población más alta de lapas rojas de Costa Rica y una de las mayores poblaciones de jaguares. En este santuario también se pueden encontrar todas las especies de monos del país, conviven en medio de 13 tipos de vegetación, lo que la convierte en la reserva natural más importante de nuestro territorio.
Existen 367 especies de aves, 140 de mamíferos, 117 anfibios y 40 peces de agua dulce. Además, cuenta con 13 grandes ecosistemas marinos, costeros y hábitats de playa.
El parque cuenta con tres accesos por tierra:
También puede llegar por mar, saliendo de Sierpe, Osa, en lancha y tras hora y treinta de recorrido arribar a Sirena.
Si desea utilizar el recurso acuático o contratar a un guía, puede llamar al 2788-1111 o ingresar al sitio web laperladelsur.cr. El ingreso al parque tiene un costo de 1.808 colones para los nacionales, 565 niños. El hospedaje cuesta 30 dólares por noche en la estación Sirena, 20 dólares es el costo del desayuno, 25 dólares almuerzo y 25 dólares cena. Adquiera los tiquetes y el hospedaje mediante la aplicación gratuita 'Naturaleza mágica' del SINAC.
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