Entrevistas

Cambio climático: ¿Apostar nuestros recursos hacia la carbono neutralidad?

Gustavo Barrantes, doctor en Ciencias Naturales, lamenta que el Gobierno primero busque una meta diplomática antes de adaptar a la población más vulnerable.

Por Bárbara Marín |29 de agosto de 2021, 7:47 AM

Gustavo Barrantes, doctor en Ciencias Naturales para el Desarrollo, tiene más de 15 años de trabajar en temas relacionados con los riesgos naturales como académico de la Universidad Nacional (UNA).

Este experto indica que las primeras señales importantes que observaremos en Costa Rica, producto del cambio climático, se verán con las sequías: por ejemplo, en el Pacífico, en la Zona Norte e, incluso, el Valle Central. 

Por otra parte, el Gobierno de Costa Rica aspira a la carbono neutralidad y posteriormente a la descarbonización, esfuerzos que requieren gran inyección de recursos y que, pese a esa meta, Barrantes considera que el país será igualmente impactado por las consecuencias del cambio climático. 

En Teletica.com conversamos con este profesional para conocer su visión como estudioso de la materia. 

Costa Rica se ha planteado metas que, a simple vista, son bonitas y motivo de orgullo; pero son esfuerzos que lograrán poca contribución al mundo, en números exactos. Por supuesto, se lleva el mensaje a los demás países, pero a nivel político tampoco es como que logremos provocar una tendencia mundial, ¿o sí? ¿Cuál es su opinión?

Este es un tema central. Este país, en temas de cambio climático, ha apostado a la mitigación, lo cual es una meta muy loable, digna de resaltar.

Somos un país de renta media y, en algunos casos, con sectores bastante deprimidos, cantones con rezagos serios en el Índice de Desarrollo Sostenible, por lo tanto, la acción de invertir los pocos recursos que tenemos en hacer mitigación, no va a contribuir a disminuir el problema del cambio climático en términos reales.

Teniendo en cuenta que Costa Rica aporta menos del 1% en gases de efecto invernadero y, bajo este contexto, el esfuerzo como país para lograr primero la carbono neutralidad y luego la descarbonización de la economía, que implica una inversión muy alta, que en términos reales no va a contribuir a desacelerar el calentamiento global.

Más allá de una meta que es muy diplomática, no estamos haciendo un cambio y el mayor problema resulta nuestra ubicación, por encontrarnos en una zona ístmica, entre dos masas oceánicas, somos una de las áreas con un mayor impacto potencial del cambio climático.

Por esta razón, nosotros deberíamos estar invirtiendo más sabiamente los recursos, por ejemplo, en medidas de adaptación.

Los impactos del cambio climático en la generación de desastres son muy altos, para mí sería más inteligente reorientar esos recursos para que las comunidades empiecen su proceso de adaptación y aumenten su resiliencia.

En nuestro país, ¿cuál podría ser otro caso concreto de afectación por contaminación atmosférica?

Se prevé, y ya empezó, un ascenso del nivel del mar en tasas que se han acelerado en los últimos 20 años. Actualmente experimentamos una tasa de ascenso del nivel del mar de 3 milímetros anuales, que van a representar una mayor penetración de agua de mar a través de los oleajes de tormenta.

Esto tiene una enorme afectación para la infraestructura costera, como en los puertos y carreteras que se extienden próximas a la costa, así como sobre las casas localizadas cerca de la playa, a consecuencia de un proceso acelerado de erosión que ya estamos experimentando en el Caribe Sur de Costa Rica, que está sido documentado.

¿Cuáles podrían ser esas medidas de adaptación que requieren recursos estatales para operar?

Una acción que ya se tomó es la creación de normativa para la incorporación de las posibles consecuencias del cambio climático, particularmente de las amenazas hidrometeorológicas, en las obras que el Estado planea construir. 

Por ejemplo, si se va a construir un hospital, en su diseño se deben evaluar las amenazas presentes en la zona donde se ubicar y prever las consecuencias del cambio climático sobre éstas, como podrían ser mayores inundarse o sequía.

Pero hay alternativas prometedores como el ordenamiento de territorio, las normas de construcción, el diseño de las casas, de las alcantarillas, así como los retiros de los cauces de los ríos.  Todo esto debe ser planificado, proyectado, ejecutado y vigilado para su correcta implementación.

En las zonas costeras debemos decidir: cuál es la infraestructura que debe permanecer en la costa, por ejemplo los puestos; y cuál debe ser la infraestructura que se retire, por ejemplo casa de habitación. Producto de la erosión la playa se va a ir acercando a las edificaciones, es decir, la costa va a ir hacia tierra y, por consiguiente, las obras que se encuentren mal ubicadas van a sufrir este impacto.

Debe de haber una capacidad de gobernanza para emprender acciones de adaptación, evaluar las amenazas presentes, por ejemplo inundación y deslizamiento, y luego sumarle las condiciones de cambio climático para realizar una planificación correctiva que disminuya el riesgo.

¿En nuestro país le estamos dando la espalda a nuestros propios compatriotas por estar pensando en dar una buena imagen al mundo?

Yo creo que es un problema de enfoque. 

En Costa Rica se ha priorizado la mitigación y eso es una meta global que viene de los países desarrollados, pero me parece a mí que la acción del gobierno debería de estar enfocada en este proceso de adaptación.

Esto no significa que debemos de dejar de lado todo el tema de la mitigación de los gases de efecto invernadero, pero tenemos que concentrar recursos en los proceso de adaptación,  porque queramos o no somos nosotros como país los que vamos a recibir los impactos a pesar de que nuestra contribución es muy baja, debido a que las grandes economías del globo que siguen lanzando enormes cantidades de CO2.

¿Hay esfuerzos pendientes para invertir en ciencia e investigación dirigidas hacia los problemas que estamos dejando a las demás generaciones?

Hay que resaltar las capacidades actuales de las universidades y los centros de investigación. Hay que decir que generamos investigación pionera en algunos casos y de punta en otros, pero los recursos limitados son un problema, particularmente recurso humano.

Durante la pandemia, los recursos para investigación se están reduciendo y las capacidades se están minando, sobre todo en tiempos donde es importante entender cómo se está transformando el medio ambiente.

Parte de lo que señaló el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU, señala que todas las regiones del planeta han sido y continuarán afectadas por el cambio climático. ¿Enfrentamos la misma condición como país?

En general, el calentamiento global está afectando a todo el planeta (con algunas pequeñas excepciones), pero el cambio climático no se manifiesta igual en todas las regiones.

Además, el clima de un determinado lugar puede reaccionar diferente en función de las condiciones locales en particular, es decir, puede ser que la variabilidad climática de una región esconda las señales del cambio climático.

En nuestro país, ¿cuáles podrían ser esos cambios visibles actualmente por efecto del calentamiento global?

En general un aumento en la temperatura es visible en los registros meteorológicos, lo que no es tan claro es: ¿Qué pasa con el patrón de las lluvias, no obstante, se está percibiendo en los eventos extremos de lluvia que tienden a ser muy intensos y concentrados en el tiempo. Sin embargo, para vincular estos eventos extremos al cambio climático se requieren estudios muy rigurosos.

No podemos decir que lo que estamos observando en Costa Rica, es directamente asociado al cambio climático, porque, en gran mayoría se puede explicar por la variabilidad climática.   

No obstante, con el incremento de 2 grados de la temperatura global, el Sexto informe del IPCC es muy claro al señalar que aumenta la probabilidad de que ocurran eventos sin presentes, lo que representa eventos con un muy alto impacto sobre la población y la economía.

¿Cada cuánto podríamos decir que varían las condiciones de un determinado sistema climático, en condiciones normales?

Recordemos que el clima es la condición media de la atmósfera, como la temperatura y la lluvia. En una región dada se dan a partir de observaciones largas de más de 10 años, pero cuando estamos experimentando este cambio, resulta que estas medias empiezan a cambiar y, en particular, ahorita estamos viendo el cambio con los eventos extremos.

Pero también hay otra fuente que hace que esos eventos extremos se presenten más cercanos y que no reflejen ese promedio y se llama la variabilidad climática. 

Un ejemplo de esta variabilidad que afecta a Costa Rica es el fenómeno de El Niño, el ENOS, que ya sabemos que provoca sequías en el Pacífico e inundaciones en el Caribe, pero de nuevo, es difícil poder separar los incidentes asociados al cambio climático con las consecuencias de la variabilidad climática.

¿La ciencia establece cada cuánto era “normal” enfrentar este tipo de eventos extremos?

Es difícil, además, esto está apenas empezando a suceder, estamos empezando a observar la presencia de estos eventos extremos que se comportan de manera distinta con mayor frecuencia de lo que eran en el pasado.

Lo que el Panel Intergubernamental en el Cambio Climático apunta es que, con una elevación de la temperatura global en 1.5 grados, estos eventos se van a aproximar más en el tiempo y, entonces, a escenarios futuros con este aumento de temperatura, lo que va a pasar es que, por ejemplo, un evento de temperatura extrema que tenía un periodo de recurrencia de 10 años, en el clima normal, se presenciarían dos veces en ese mismo periodo de 10 años, y si llegamos a 2 grados, ese evento lo tendríamos cuatro veces en el mismo periodo de tiempo.

Es decir, los eventos raros se van a dar más frecuentemente.

¿Cuáles son los grandes hallazgos que se destacan en el sexto informe IPCC?

Los eventos que llamamos extremos se están presentando con más frecuencia, cuando, lo normal es que se presentan muy lejanos en el tiempo, pero como es el caso de los eventos de calor extremo reportados en Canadá o las Inundaciones en China. Se afirma que eventos sin precedentes, con una gran capacidad de impactar negativamente a las sociedades, aumentan su probabilidad de suceder.

¿Cuál es su posición respecto al sexto informe IPCC y por qué ha sido criticado alrededor del mundo?

Tiene que ver con que no toda la evidencia científica en todo el planeta es acorde, por ejemplo, hay sectores donde es claro afirmar que las sequías son producto del cambio climático, incluso en algunos casos no se puede observar una relación, como sucede con la lluvia en varias regiones. Además, los escenarios se basan en modelado computacional que tiene una incertidumbre inherente.

Hay sectores en Europa o en América del Norte en donde los aumentos de eventos de lluvia extrema son claros y relacionados con el cambio climático, pero hay otros sectores del planeta donde eso no se puede atribuir a partir de los datos existentes, ¿por qué? Porque hay pocos registros o porque no son consistentes las observaciones con lo que se espera en el modelo teórico.

Dicho esto, y lo que es muy claro y prácticamente nadie en la comunidad científica niega es que hay un calentamiento global que está perturbando otros sistemas atmosféricos, como, por ejemplo, la circulación de los océanos, la circulación atmosférica global y también está generando más disponibilidad de humedad en la atmósfera, más evaporación de los suelos, más evaporación del agua oceánica y toda esta humedad lleva calor latente que puede alimentar: tormentas tropicales, huracanes y, por consiguiente, provocar mucha mayor lluvia en unas regiones y sequías en otras.

Mi posición es que sí estamos en un tiempo de cambio climático que representa una amenaza a la forma a la que habitamos actualmente, particularmente porque nunca hemos sido tan previsores como para poder construir acorde en el medio en el que vivimos. Tenemos un desarrollo urbano desordenado, falta de planificación de los sistemas pluviales, alcantarillas, la invasión de los ríos, la deforestación…Y esto sí que está asociado a las inundaciones y a los deslizamientos que observamos en Costa Rica.