Por Luanna Orjuela Murcia |1 de julio de 2021, 16:19 PM

El periodista y director de la revista matutina Buen Día, Randall Salazar, superó una meningitis y ahora se siente como un hombre nuevo y desea con su experiencia de vida inspirar a muchos más.

Regresó el 13 de mayo al programa después de dos meses de ausencia y ya se ha podido reacomodar su rutina. 

Lo hemos visto yendo al gimnasio y hasta 'cleteando', sobre su vida después de estar al borde de la muerte, nos habló Randall de 51 años en una amplía entrevista.

¿Ya le pasó el susto de volver?

La emoción del inicio ya pasó, ya he hablado mucho del tema porque siento que parte de mi misión es compartir con la mayor cantidad de gente que pueda el mensaje que tengo. 

Siento que a cuanta más gente les llegue el mensaje y les pueda servir, y esto lo digo con mucha humildad, no es porque me crea nada especial, sino porque creo que a lo mejor el mensaje puede calar en el corazón de mucha gente y puedan sentirse identificada entonces me gusta que cuanta más gente sea tocada por este mensaje mucho mejor para mí. 

Es un momento de mi vida de mucha sensibilidad, así que decidí dejar que esas emociones fluyan y no reprimirlas: si me quiero reír me río, si quiero llorar lloro, yo soy así, no creo que eso haya que reprimirlo eso es parte del mes y quiero que llegue con toda naturalidad a la gente.

 El trabajo me ha servido muchísimo, me he sentido súper bien, al principio estaba un poco más desubicado porque fueron dos meses que estuve fuera de aquí, pero con el pasar de las semanas ya me he ido ubicando. 

Ya estoy totalmente en control del programa y los muchachos hicieron una excelente labor durante mi ausencia y todo camina bien.

¿Cómo ha sido el proceso de retomar la rutina?

En primer lugar, despacito, poco a poco, lentamente. He tratado de hacer lo que compartí con la gente el día que regresé: escuchar mi cuerpo, entender que el cuerpo te habla y te dice mensajes claros y que es muy necesario que vos le pongás atención a sus mensajes. 

Así que retomé el gimnasio, voy cuatro o cinco veces a la semana. La semana pasada hice el primer “ride” en bicicleta después de casi tres meses de no tocarla. Fui despacito, no hice mucha distancia ni un trayecto duro, más bien fue un trayecto planito y siempre escuchando y siendo muy consciente de cómo me sentía. Si me sentía muy cansado o si me faltaba el aire o si me faltaba hidratación. 

En el gimnasio el proceso ha sido muy lento porque perdí mucha masa muscular, llegué a pesar 50 kilos y eso es una pérdida considerable, entonces con la pérdida de músculo viene la pérdida de fuerza entonces si fue como recomenzar, empezado poco a poco, con bajo peso, pocas repeticiones, pocas series, pero tengo la esperanza de conforme pasan los meses eso se vaya superando.

No tengo afán, no tengo nada que me apure no tengo nada planeado para lo que resta del año. Lo que quiero es recuperarme bien y sentirme bien a gusto y hacer lo que me gusta, pero no tengo ningún evento ni voy a hacer una competencia ni nada entonces no tengo nada que me diga -hey tiene que ponerle- sino que lo he asumido como un regresar poco a poco a lo que me gusta y siendo muy consciente de que el cuerpo te habla y hay que escucharlo.

¿Entonces si está escuchando a su cuerpo?

Yo creo que las experiencias negativas te dan lecciones de vida y depende de vos si esas lecciones pasan en balde o las asumís. 

Decidí que esta experiencia que tuve me sirve para hacer un mejor ser humano, para ser más solidario, para ser más comprensivo, para tener un motivo mucho más fuerte de vida y evidentemente para aprender de ella. 

Yo aprendí muchas cosas y las estoy aplicando en mi vida y una de esas es que el cuerpo es sabio y el cuerpo te avisa cuando algo está mal y que hay que aprender a escucharlo y hacerle caso porque a veces lo escuchamos y nos hacemos los locos y se lo digo por experiencia porque yo lo escuchaba sabía que algo estaba mal y me hacía loco.

Volver implicó cierta duda, cierto temor. El sábado que salí a cletear repensaba ¿y si me caigo? ¿y si me mareo? en la calle es mucho más peligroso entonces salí con alguien que me acompañó muy confiado en Dios. Pero hay cierto temor y si es como entender que es como volver a empezar. No puedo pretender arrancar en el mismo punto donde estaba antes porque no soy el mismo, no tengo ni la misma fortaleza, ni agilidad, así que voy poquito a poco.

¿Ya le dieron de alta?

No, esta enfermedad (meningitis) es tratamiento lento, de hecho, tengo una cita con mi doctor el 21 de julio, él me dirá qué es lo que procede. 

De momento sé que tengo tratamiento hasta setiembre, y él de por sí ya me había dicho que él consideraba que recuperar mi vida de antes sería hacia finales de año. Ahora que tengo la cita, si todo sale bien, pues me dirán que tal vez en setiembre u octubre ya pueda eliminar la mayoría de los medicamentos que estoy tomando. 

Todavía estoy tomando ocho medicamentos al día, así que no me han dado de alta, estoy en el proceso y confío en que pronto esto va a ser una realidad. Me estoy portando bien me estoy tomando todo lo que tengo que tomarme, haciendo caso, alimentándome bien a las horas que me toca y creo que eso también contribuye. Pero sobre todo tengo la esperanza de que esto pueda ser una prueba superada pronto y tengo la fe puesta en Dios, sé que él me acompaña y yo también pongo de mi parte, pero si tengo que esperarme créame que en mi vida no hay afanes si tengo que esperarme más, me esperaré el tiempo que sea necesario.

¿Siente que después de esta experiencia tan difícil ya está más tranquilo?

Yo me siento más sosegado, más relajado, ya no me preocupan tanto las cosas ni me desvelo tanto por las cosas como antes. Sobre todo pensando en cosas como los problemas en el trabajo, siempre habrán problemas, dificultades, hay cosas que no salen como uno lo piensa pero eso no tiene porque ponerte ni de mal humor ni de mal genio. 

Por supuesto que me gustan las cosas bien hechas, pero si no salió todo como yo lo planeé, ya no me desvivo como antes, tengo muy claro que la que el trabajo es una bendición en mi vida, pero no lo es todo, así que yo le dicto al trabajo a las horas necesarias y el resto me lo dedico a mí a sentirme bien hacer cosas que me gustan a descansar mucho, que también es importante.

Así que creo que soy una persona con más experiencia que antes.

He entendido que la vida hay altos y bajos y que en esta vida hay prioridades mucho más importantes que las cosas cotidianas. Que a veces nos desvivimos pensando en qué voy a hacer mañana, el próximo mes, el próximo año y no tenemos ni siquiera la certeza de qué mañana el próximo mes, el próximo año, vamos a estar ahí, así que ya no me desvivo por esas cosas. 

Lo que pasó ayer, ya pasó y lo que va a pasar mañana no sé si va llegar, así que yo me empeño en vivir hoy, en este momento, en sacarle jugo y el máximo provecho al momento actual y ya pues mañana vendrá con sus carreras, con su estrés o  mañana vendrá con sus alegrías también y sobre todo trato de ver eso que cada día te ofrecen una oportunidad valiosa de crecimiento personal, de ser consecuente entre lo que pensás, en lo sentís, y lo que hacés y que cada día merece un agradecimiento enorme a Dios por permitirnos abrir los ojos y caminar hablar y venir al trabajo. 

Además, tener un trabajo que me encanta y soy un hombre no solamente agradecido con la vida sino con Dios y con la gente que en mi caso, nos hace el honor de acompañarnos todas las mañanas.

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