MLB: lanzador de los Rays dice que no jugará si hay recorte de salario
La pandemia de COVID-19 impidió que la MLB arrancara su temporada el 26 de marzo como tenía previsto
Miami, Estados Unidos | Blake Snell, lanzador estrella de los Tampa Bay Rays de las Grandes Ligas de béisbol (MLB), dijo que no está dispuesto a regresar a los campos durante la pandemia de coronavirus con un recorte salarial de los jugadores.
"El riesgo es mucho más alto y la cantidad de dinero que gano es mucho menor. ¿Por qué demonios iba a pensar en hacer eso?", dijo Snell sobre un eventual regreso de la competición para disputar una versión reducida de la temporada 2020.
"No vale la pena. Me encanta el béisbol, pero no vale la pena", afirmó el miércoles el jugador estadounidense en su canal de la plataforma de video Twitch.
La pandemia de COVID-19 impidió que la MLB arrancara su temporada el 26 de marzo como tenía previsto. Esta semana, los dueños de los equipos presentaron a los jugadores una propuesta para poner en marcha la competición a principios de julio en estadios sin espectadores.
El plan contempla un recorte de sueldos de los beisbolistas ya que reduce la temporada regular a 82 partidos, aproximadamente la mitad de lo habitual, y en abril los jugadores habían aceptado prorratear su salario según el número de juegos que se lleguen a jugar.
Snell expresó su rechazo a la reducción de sueldos dados los riesgos de salud que existen por un posible contagio del virus.
"Para mí, un recorte salarial no es posible, porque el riesgo es enorme", dijo Snell. "Es una temporada más corta. Menos paga. Yo tengo que conseguir mi dinero. No voy a jugar a menos que consiga el mío. Es así para mí, siento si pensáis diferente".
"Estoy arriesgando mi vida", dijo el lanzador zurdo, cuyo salario para esta temporada es de siete millones de dólares.
Snell, de 27 años, ganó en 2018 el premio Cy Young de la Liga Americana como mejor lanzador con 21 victorias en las Grandes Ligas.
The Wall Street Journal y ESPN reportaron el jueves que la MLB ha proporcionado al sindicato de jugadores un detallado plan de seguridad que incluye que todos los jugadores, árbitros y personal sean sometidos a varias pruebas de coronavirus semanalmente, con resultados disponibles en 24 horas.
A pesar de que no habrán tests diarios, los equipos no se pondrían en cuarentena si uno de sus jugadores diera positivo, sino que se vigilaría de cerca a la plantilla y se harían pruebas de resultados rápidos para intentar contener un posible brote.
En los estadios, escupir estará prohibido y los vestuarios y otras áreas serán reconfiguradas para que se pueda mantener la distancia de seguridad. Para evitar aglomeración en los banquillos, algunos jugadores suplentes se sentarán en las gradas.