Por AFP Agencia |22 de noviembre de 2019, 10:47 AM

Decenas de miles de libaneses celebraron el viernes el 76º aniversario del nacimiento de la República, en medio de grandes protestas contra sus dirigentes y con la esperanza de una "nueva independencia" para el país.

Ondeando banderas nacionales, varios "desfiles civiles" se juntaron en la plaza de Los Mártires, en el centro de Beirut, uno de los principales puntos de concentración de la ola de protestas que ha sacado a miles de libaneses a las calles.

Los manifestantes habían instalado allí barricadas a ambos lados de la carretera para salvaguardar el lugar, entre estandartes y cánticos.

"El mensaje importante es que Líbano está unido de nuevo", declaró una manifestante, Jilnar Moukhayber. "El desfile civil se ha hecho para decir que todos los ciudadanos son bienvenidos". 

Debido a las protestas, el desfile militar tradicional, que se celebraba cada año en el paseo marítimo, se transformó en un modesto acto en el interior del ministerio de Defensa, en presencia del presidente Michel Aoun y del primer ministro saliente, Saad Hariri.

Desde el 17 de octubre, el país vive al ritmo de un movimiento sin precedentes contra todos los dirigentes políticos, considerados incompetentes y corruptos. Gracias a estas protestas, cientos de miles de libaneses, de todos los bandos, creen que es posible un cambio en su clase dirigente, estática desde hace décadas.

"Es la primera vez que los libaneses, de todas las comunidades, se manifiestan masivamente sin que exista el llamamiento de un partido en particular", afirmó a la AFP Tamara, estudiante de 21 años en Beirut. "Esta es la verdadera independencia", añadió.

 "Otros nos ocuparon" 

El 22 de noviembre de 1943, Líbano, bajo mandato francés desde 1920, logró la independencia después de las manifestaciones populares que congregaron a cristianos y musulmanes.

Pero, este año, "queremos lograr nuestra independencia de los corruptos que nos gobiernan", afirmó Wajed, un manifestante de 26 años, en la plaza de Los Mártires. 

"Cuando los franceses se fueron, otros nos ocuparon", agregó, en alusión a los partidos en el poder, en el blanco de las críticas, sin excepción. 

Para Wajed, esta marcha es una "victoria" más para el movimiento, que ya provocó la dimisión del gobierno de Hariri, el 29 de octubre, y que también impidió que el Parlamento examinara una controvertida ley de amnistía. 

Sin embargo, por el momento no se vislumbra ninguna salida a este pulso entre gobierno y manifestantes y paralelamente, el país está sumido en una crisis económica persistente.

Aunque el movimiento haya sido pacífico hasta la fecha y la respuesta de las autoridades, moderada, dos personas han muerto al margen de las protestas. 

Pero tanto en Beirut como en Sidón y Natabiyé (sur), o en Trípoli (norte), decenas de miles de libaneses hicieron un paréntesis en las dificultades de su día a día para ser felices, aunque fuera momentáneamente. 

"No están solos" 

A través de las redes sociales se organizaron multitud de "desfiles civiles". 

"Hay muchas marchas, ¡pero esta es la más loca! Espero que este día de la independencia 2019 suponga un antes y un después", comentó Leila, de unos 50 años, timbal en mano, en una manifestación de Beirut. 

"Hasta ahora, teníamos los pies de nuestros políticos sobre la cabeza. Nuestros bolsillos siguen vacíos, pero hemos recuperado la dignidad".

En el valle de Bisri, al sureste de Beirut, cientos de personas se manifestaron contra un proyecto de represa, en una región rica en tesoros arquitectónicos. 

"Lo más importante es que permanezcamos juntos para construir un nuevo Líbano", comentó Karl, un manifestante, en la plaza de los Mártires, que llevaba una bicicleta envuelta en la bandera nacional.

En su historia moderna, el país vivió otros movimientos populares, como el de 2005 tras el asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri, del que se responsabilizó al régimen sirio, y que desembocó en el retiro de las tropas sirias. Sin embargo, la contestación siempre se había hecho a instancia de los partidos políticos. 

Animados, muchos emigrantes regresaron al país para la ocasión. 

Entrevistada por una televisión local, una emigrante que acababa de aterrizar en Beirut declaraba: "vivimos en el extranjero pero nuestro corazón está con nuestros compatriotas en Líbano. Hemos venido para decirles: 'no están solos'".