Por AFP Agencia |20 de noviembre de 2019, 11:08 AM

La Unión Europea (UE) urgió este miércoles a Nicaragua a liberar a los opositores detenidos en Masaya y a levantar el sitio a la iglesia de San Miguel, reiterando su disposición a tomar medidas para "apoyar" la democracia en el país.

"La UE llama al gobierno de Nicaragua y a las fuerzas del orden a liberar a los detenidos y a retirar los cargos, a levantar el sitio de la iglesia", reza una declaración de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en nombre del bloque.

Dieciséis líderes sociales, entre ellos la estudiante belgo-nicaragüense Amaya Coppens, fueron detenidos a mediados de noviembre cuando intentaron auxiliar con agua a un grupo de mujeres en huelga de hambre en esa iglesia.

La justicia decretó el lunes prisión preventiva para estos, acusados de tenencia de armas de fuego. La policía argumentó que trasladaban artefactos explosivos y armas y los acusó de planear "actos terroristas".

Las detenciones y el "asedio" de las fuerzas policiales a la iglesia de Masaya, 30 km al sureste de Managua, "representan una violación de los derechos fundamentales" y "un grave revés para el proceso político", apunta la UE.

Los 28 países europeos llaman así al gobierno del sandinista Daniel Ortega a garantizar "el pleno respeto de los derechos", entre ellos "la libertad de expresión, de reunión, de religión y de protesta pacífica".

El bloque llama así a Managua a cumplir con los acuerdos cerrados con la oposición en marzo y a retomar un diálogo nacional para "resolver la crisis actual" y lograr una "salida pacífica y democrática".

La UE, que se dotó en octubre de un régimen de sanciones contra las autoridades nicaragüenses que por el momento no activó, reiteró su llamado a utilizar "todos sus instrumentos" para "apoyar" la democracia en el país.

La oposición nicaragüense lanzó en los últimos días una nueva campaña de presión contra el gobierno de Ortega, tras las violentas protestas del año pasado exigiendo la renuncia del mandatario sandinista. 

El objetivo es presionar por la liberación de más de 130 opositores presos durante la represión de aquellas protestas, que dejaron 328 muertos y 88.000 exiliados, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Ortega, en el poder desde 2007, calificó la revuelta como un intento de golpe de Estado fraguado por la oposición con el apoyo de Estados Unidos, que por su parte sancionó a tres funcionarios del gobierno nicaragüense.