13 de octubre de 2019, 11:20 AM

La policía se enfrentó este domingo en varios barrios de Hong Kong con manifestantes, algunos de los cuales estaban enmascarados y saquearon comercios considerados leales a China, en el 19º fin de semana consecutivo de protestas en la excolonia británica.

Los agentes detuvieron a decenas de participantes en acciones organizadas en una media docena de barrios reclamando reformas democráticas las que, no obstante, movilizaron menos gente que en las semanas anteriores. 

La policía señaló además que un agente fue trasladado al hospital con una herida en el cuello, sin añadir más detalles. Las cadenas de televisión difundieron imágenes de un hombre golpeado hasta sangrar por manifestantes, que sospechaban que era un agente encubierto después de haber encontrado una porra en su mochila.

Grupos de opositores radicales enmascarados en su mayoría bloquearon calles y lanzaron diversos objetos a las vías de tren. Los agentes señalaron por su parte que hicieron uso de gases lacrimógenos en dos incidentes separados.

En el barrio de Mongkok, en la península de Kowloon, varios manifestantes levantaron una barricada de bambú y fueron detenidos. 

Poco después, un periodista de la AFP vio en la misma zona a manifestantes que daban puñetazos y golpeaban con un paraguas a una mujer de mediana edad, a la que untaron el rostro con barro, porque había ayudado a la policía a desmantelar barricadas.

- La "Dama de la libertad" -

 En el sector de Tai Po, más al norte, las fuerzas de seguridad irrumpieron en un centro comercial en el que los manifestantes habían hecho pintadas, acusando a los comercios de apoyar al gobierno hongkonés y al de Pekín. Un edificio administrativo cercano fue saqueado.

Al menos en otros cuatro barrios se registraron acciones, provocando la intervención de los agentes, que fueron reprendidos y abucheados por los transeúntes.

"¡Estoy furiosa! ¡Quiero que el gobierno disuelva todas las fuerzas policiales!", dijo a la AFP una mujer que se identificó con el nombre de Chan.

Por otro lado, un grupo de manifestantes transportó, en secreto, una estatua que se convirtió en un símbolo de su movilización a lo alto de una pequeña montaña emblemática de la excolonia británica, el "Lion Rock" (495 metros), que domina la península de Kowloon, proclamando que este sería "su último hogar".

La estatua, llamada "Lady Liberty" ("Dama de la libertad") representa a una manifestante con una máscara de gas, gafas de protección y casco. En la mano porta un paraguas, símbolo del movimiento prodemocracia de Hong Kong, y en la otra una pancarta negra que reza: "Liberen Hong Kong, la revolución de nuestro tiempo". 

Desde hace cuatro meses, esta región semiautónoma atraviesa su peor crisis política desde que el Reino Unido retrocediera este territorio a China, en 1997, con manifestaciones casi diarias para demandar reformas democráticas y denunciar la creciente injerencia de Pekín en sus asuntos.

Las protestas nacieron de la oposición a un proyecto de ley que pretendía autorizar las extradiciones hacia China continental. El texto fue retirado, pero según los manifestantes la decisión llegó tarde, y las protestas derivaron en un movimiento más amplio a favor de reformas democráticas.

En virtud del principio "un país, dos sistemas", que presidió la retrocesión, Hong Kong goza, en teoría hasta 2047, de libertades que no existen en el resto de China. Pero numerosos hongkoneses tienen el sentimiento de que Pekín cada vez respeta menos este principio.

Ante la ausencia de importantes concesiones por parte del ejecutvio hongkonés, las manifestaciones han degenerado en enfrentamientos violentos entre los radicales y la policía en los últimos tiempos, minando la economía y el turismo de la ciudad.