Por José Fernando Araya |16 de junio de 2019, 14:24 PM

La Sele goleó a Nicaragua en su arranque de la Copa Oro, en un partido apenas para agarrar aire, para sacudirse de las críticas de los partidos anteriores, apenas para agarrar confianza.

La Tricolor logró al fin la contundencia que buscaba desde hace mucho, eso sí, ante uno de los rivales más flojos a los que se ha enfrentado en el último año, de ahí que no podemos tirar las campanas al vuelo y decir que ya el equipo luce aplomado y listo para enfrentarse a quién sea, y no aún falta mucho y apenas es un primer paso para asentarse.


El juego la Tricolor lo resolvió fácil. Ya en el minuto 6 se puso arriba en el marcador con la perspicacia de Bryan Oviedo, que hizo recordar a sus mejores momentos en la Nacional.

Tras una serie de paredes en el área, Oviedo pudo abrir el marcador con algo de complicidad del portero Llorente.

El partido pintaba para marcador abultado y así fue al sumar La Sele el segundo tanto con un zapatazo fuera del área de Celso Borges para el 2-0 apenas en 19 minutos.

La comodidad llegaría con el 3-0 en un sencillo cobro de tiro libre de Elías Aguilar al cierre de la primera mitad y que se terminó colando en el fondo de los cordeles entre la mirada sorpresiva de todos los protagonistas. Rápido y fácil, Costa Rica ya tenía arreglado el juego.

Para la complementaria, la dinámica fue la misma y Matosas solo cambió algunos hombres, pero no así su esquema.

Elías Aguilar fue una gran bujía en la Tricolor y para la segunda mitad encontró en Bryan Ruiz su socio perfecto.

Mientras arriba lo intentaban con fuerza McDonald y Mayron George, al final la cereza en el pastel la pondría Allan Cruz con un potente bombazo que se coló en el ángulo para el 4-0 definitivo al 75’.

La Sele consigue así los primeros tres puntos en el inicio de la Copa Oro que por primera vez disputó un partido fuera de Norteamérica.

Ahora vendrá Bermuda el próximo jueves, con el único objetivo de lograr otro triunfo que los catapulte a cuartos de final.

La Sele dejó un buen sabor de boca y sobre todo volvió a regalar goles a una afición que ya los extrañaba.