Internacional

Sri Lanka: el déjà vu de una periodista tica ante el temor de fotografiar un templo

Un ataque terrorista a tres iglesias cristianas y cuatro hoteles en esta isla asiática durante las actividades de Semana Santa dejó como saldo la muerte de 290 personas, mientras que más de 500 resultaron heridas

Por Julio Naranjo |22 de abril de 2019, 11:34 AM

La atención del mundo se volvió hacia Sri Lanka este fin de semana luego del ataque con bombas a tres iglesias cristianas –dos católicas y una evangélica– y cuatro hoteles que dejó como saldo la muerte de 290 personas, mientras que más de 500 resultaron heridas.

El lamentable suceso resultó ser como un déjà vu para la periodista costarricense Any Pérez, quien visitó este país en 2010 y recibió la advertencia ante el simple hecho de querer fotografiar un templo católico.

“Recuerdo que una vez, recién llegados, iba en tuk-tuk –transporte popular– y quise detenerme para fotografiar un templo católico pero el chofer me dijo que era peligroso. Pensé que quizá se refería a mi condición de extranjera en la zona en la que transitamos y le hice caso”, narra la comunicadora a Teletica.com.

“Este 21 de abril con el ataque terrorista que se presentó, recordé el episodio y vi con mucha tristeza que el chofer tenía razón”, analizó Pérez cuando el domingo durante el cierre de las actividades de Semana Santa se registraron seis explosiones en un corto lapso de la mañana y por la tarde dos más.

Para el 2010 esta isla al sur de la India, un destino turístico muy apreciado por sus paradisiacas playas y su naturaleza salvaje, ya respiraba la paz que se ausentó durante 26 años de guerra civil al confirmarse la muerte del fundador de la guerrilla de los Tigres de Liberación de la Tierra Temil (LTTE).

“Durante los dos años que vivimos allí fuimos testigos del veloz desarrollo inmobiliario y la constante occidentalización comercial a la que se adaptaban los pobladores, en convivencia con un cargado calendario oficial que incorporaba las mayores festividades de las diversas denominaciones religiosas”, destaca.

Origen de los atentados

El portavoz del gobierno de Sri Lanka apuntó la autoría de estos atentados durante las fiestas pascuas al grupo islamista local National Thowheet Jama’ath (NTJ) y se cuestionó cómo una pequeña organización puede ocasionar tanta violencia con fundamento religioso.

Sri Lanka es una nación con 21 millones de habitantes, 70% de los cuales son budistas, 12% de hinduistas, 10% de musulmanes, mientras que solo 1,2 millones de personas son católicas. La incriminación del NTJ supone un ascenso fulgurante de este grupo extremista, según el analista de temas internacionales Antonio Barrios.

“Se trata de la una organización dedicada al monoteísmo y en un país como Sri Lanka donde se profesan hasta cinco o siete religiones, así como diferentes grupos étnicos, hay un mensaje claro de que se quiere la mayoría cingalesa o budista sobre otros grupos religiosos minoritarios”, explica Barrios.

Temor al credo

Los atentados despertaron el recuerdo del periodo negro de la guerra civil, la cual acabó justo hace una década. Aunque los cristianos en general no eran blanco de la violencia en el país, ya que las tensiones se daban entre budistas y musulmanes, ahora sí temen por su vida a la hora de predicar.

“Hay una preocupación constante, pues no se descarta que este acto de terrorismo que pueden ocurrir en cualquier momento, es decir, esto no acaba aquí”, señala el experto en conflictos internacionales.

“Es muy complicado definir este tipo de ambientes, porque queda una enorme sensación de temor de que eventualmente en los próximos días sigan ocurriendo actos terroristas, por lo que los templos podrían estar cerrados o con medidas extremas de seguridad”, añadió.

Un alto funcionario de la policía de Sri Lanka advirtió días atrás, basándose en información de una agencia de inteligencia extranjera, que un movimiento islamista estaba planeando atentados suicidas contra importantes iglesias.

Pese a esto, Barrios señala que es muy difícil predecir y resguardar la seguridad de un país ante un atentado hasta con las herramientas de inteligencia más sofisticadas.