Por José Fernando Araya |10 de diciembre de 2018, 10:40 AM

Se jugaban los tiempos extras en el Santiago Bernabéu de la final más larga de todas. En la cancha, los jugadores de Boca Juniors caían como soldados en guerra, acalambrados unos, otros “fundidos”.

Sus rivales, los jugadores de River Plate, pese a todo el desgaste del partido, seguían de pie aguantando de más, al punto que terminaron levantando la codiciada copa gracias a dos goles en el alargue para el 3-1 definitivo.

Ese trabajo físico de River fue vital para que los de la franja levantaran su cuarta Copa Libertadores en su historia.

Detrás de esa preparación física, y lejos de algún secreto, se encuentra un rostro conocido para el fútbol costarricense.

Se trata de Marcelo Tulbovitz Dembovich, preparador físico del club millonario y quien es recordado con cariño en Costa Rica por su paso por el Saprissa (2003–2006) y la Selección Nacional (2007-2008).

Para los morados, hablar de Tulbovitz es relacionarlo con trabajo, esfuerzo, pasión, pero sobretodo amistad.

El profe definitivamente es pasado de apasionado por eso es que logra tantos éxitos en su carrera. Hoy precisamente intercambié unas palabras por la mañana con él y definitivamente es una persona exitosa por lo apasionado que es”, indicó el exportero del Saprissa en la época de Tulbovitz y hoy secretario técnico del club morado, José Francisco Porras.

Lo de “profe” no necesariamente es de cercanía. Más bien a lugar que llega rápidamente toma este apodo y se gana el cariño de todos.

Tulbovitz explicó desde Madrid vía telefónica que por más que quiera la directiva de River Plate no le permite hablar, pues Marcelo Gallardo es el encargo del cuerpo técnico en brindar declaraciones.

Pero agradeció el apoyo y cariño de los ticos que le han seguido la pista ahora que levantó su primera Copa Libertadores.

Motivación para esculpir el carácter.

El uruguayo más allá de ser un profesional de la parte física de los jugadores es un formador del carácter. Puja como un hincha más e invita a la motivación durante cada sesión de entrenamiento.

Para lograr esto usa frases creativas y fuertes que en ocasiones hacen que a más de un futbolista se le escape una sonrisa.

“Está lindo para irnos de acá con los tres puntos, ¡la c… de su madre! Si hace falta reventar una pelota y sacarla del estadio, no hay que tener vergüenza. Dale, dale”, son parte de sus gritos usuales en los entrenamientos según recopila La Nación de Argentina y el sitio Ecos de Uruguay.

Para José Francisco Porras, su personalidad amable y su profesionalismo lo convirtieron en pieza fundamental del título de Concacaf y el tercer lugar del Mundial de Clubes que logró el Saprissa en el 2005.

Todo lo quiere tener bajo control, es de esos que no quiere que se le escape ningún detalle. Una persona como él tiene que ser exitoso, no solo lo por lo que está viviendo hoy, sino que ha sido fundamental en equipos en conseguir títulos a los que les cuesta salir campeón y él llega y lo logran. Esto no debe ser coincidencia”, explicó el exguardameta morado.

Porras asegura que Tulbovitz mantiene contacto con la mayoría del equipo morado de esa época, pues tienen un chat donde están todos y suelen bromear con él.

“Como persona es un compañero increíble, solidario, amigo y muy cariñoso y tenemos una buena relación”, concluyó.

El charrúa tiene una inmensa trayectoria que lo han llevado por 16 equipos, de Uruguay, México, Chile y Costa Rica.

También entrenó a la selección de El Salvador y de Costa Rica. Fue campeón en diferentes países. En Uruguay con Nacional, Progreso y Defensor Sporting; en Chile con la "Uchi" y con Saprissa en nuestro país.

Según el sitio Ecos, Tulbo, como lo llaman familiares y amigos, es hijo de una familia que sufrió hostigamiento durante la última dictadura militar en Uruguay de ahí su necesidad de forjar su carácter trabajando desde muy pequeño.

El uruguayo de 56 años alcanzó la cima este domingo con River Plate al conquistar la cuarta Copa Libertadores en la historia de los millonarios.

El charrúa llegó a River gracias a que coincidió con el técnico Marcelo Gallardo en Nacional de Uruguay donde ambos fueron campeones y el “Muñeco” lo invitó a formar parte del cuerpo técnico a partir de enero de este año.

Al final ese carácter motivador y aguerrido le abrió las puertas del éxito en River donde ganó varios títulos junto a Gallardo y que hoy lo tienen a las puertas de disputar su segundo Mundial de Clubes, el primero de ellos con uno de sus clubes con los que más cariño le guarda, como lo fue el Saprissa.