Por José Fernando Araya |9 de diciembre de 2018, 7:46 AM

Partidazo digno de una fase final. Aplauso para los dos protagonistas que no se dejaron nada, fútbol que debería repetirse domingo a domingo en cada jornada.

En un juego no apto para cardiacos que incluyó de todo, polémica, garra, esfuerzo y drama, mucho drama, Herediano dejó a Alajuelense tendido tras caer 1-2, pero ganar la serie de penales 4-2 gracias a un partidazo de Leonel Moreira que le detuvo el lanzamiento al goleador Jonathan McDonald.

Tras un cumulo de emociones desde el inicio el gol al fin llegó como carta de presentación del goleador de siempre: Jonathan McDonald.

Alex López bombeó un tiro libre al corazón del área. Herediano jugó el fuera de juego de mala forma y Moreira sencillamente no salió en su área. Moya solo colocó el pie y le dio un pase mortal a McDonald, como diciendo “celebre usted”.

El goleador manudo simplemente tocó al frente de la línea para el 1-0 al minuto 29. Gol que generó la locura en las gradas y la explosión de júbilo, pues Alajuelense estaba en la final.

Ese golpe tocó el orgullo rojiamarillo, que para esas alturas del juego no había rematado ni una sola vez a Patrick Pemberton.

Pero de inmediato comenzó la reacción. Primero Óscar Esteban Granados envió un remate que hizo que el guardameta se estirara como un chicle a su palo izquierdo, todo esto mientras el binomio de Jafet Soto y Hernán Medford reclamaban una mano en el área.

La más clara la tuvo José Guillermo Ortiz quien no llegó a tiempo al cierre tras un pase desde la derecha y solo frente ante el marco a su disposición dejó ir la oportunidad del empate. Imperdonable la de Ortiz.

Ortiz abandonó de cambio al finalizar la primera mitad por el mexicano Gerardo Lugo en una movida que bien le pudieron cobrar su error.

Pero pese a estar maniatado, el Herediano no bajó los brazos. Si ya habían nivelado al final de la primera mitad, para el complemento las cosas ya estaban más parejas.

Silencio, fiesta, alargue y drama.

Al 54’ Herediano le puso “mute” a la serie. La defensa rojinegra se desarmó como nunca e incluso hasta se tropezaron entre ellos, esto le permitió a Yendrick Ruiz pivotear en el área, arrastrar marcas y soltar el pase para que Allan Cruz enviara un dardo desde fuera del área para golpear a Pemberton y poner el empate 1-1.

Ese marcador obligaba a Alajuelense a anotar dos goles más para clasificar o al menos uno para forzar los tiempos extras.

El Morera Soto quedó congelado, silencio total.

La grada rojinegra se llenó de escepticismo y preocupación, pero dentro del terreno de juego el equipo dirigido por Luis Diego Arnáez no abandonó la idea de clasificar.

El “Flaco” envió a su carta sorpresa al terreno de juego, Barlon Sequeira.

Con la joven figura en el campo, Alajuelense volvió a conectarse en ofensiva y al 72’, Sequeira se salió del libreto y sacó un centro precioso desde la izquierda para que Moya solo empujara la pelota para el 2-1. La Liga revivió la serie, tiempos extras.

A partir de ahí el partido se convirtió en una mejenga de barrio. El que metía un gol, ganaba, de ahí que las emociones estuvieron a granel.

Primero fue Yendrick el que casi vuelve a callar el estadio tras un remate desde fuera del área que Pemberton contestó con un paradón al 75’.

El juego se marchó así al alargue, donde el gol de visitante quedaba anulado.

Los tiempos extras se jugaron con más ganas que piernas y Patrick Pemberton fue vital para los manudos para salvar, sobretodo un remate de Lugo en el segundo tiempo extra.

Los penales dieron el cierre dramático a un gran partido. Final de lujo para una película llena de emociones.

Al final, Freddy Álvarez estrelló su pelota en el horizontal y Leo Moreira le detuvo el penal a McDonald para el 4-2 definitivo y el boleto florense.

Partido de infarto donde el mejor desde el manchón blanco accede a la final ante un Saprissa que espera latente a su rival.