25 de abril de 2018, 5:00 AM

El portón de la mina Crucitas en Cutris de San Carlos cerró en noviembre del 2010.

Desde entonces las instalaciones de Infinito Gold quedaron en manos de unas pocas familias que cuidaban la finca.

Sin embargo, hace 2 años la fiebre del oro tocó a la puerta de la finca Vivoyet.

Poco a poco coligalleros ilegales ingresaron a la finca a extraer oro, pasaron de ser unas cuantas cuadrillas a miles de personas hurgando en el barro para extraer el preciado metal.

La Fuerza Pública hizo su primera gran intervención el 25 de octubre del 2017.

En ese momento se detuvieron cientos de coligalleros.

Pese a esta intervención los problemas continuaron y los coligalleros continuaron llegando e invadiendo.

Hasta que el pasado viernes se enfrentaron a la policía y atacaron las instalaciones de los cuidadores.

El saldo fue de un herido de bala, un muerto y varios policías heridos.

Las autoridades de seguridad aumentarán la presencia policial en la zona y la persecución de los coligalleros.

En total se han detenido más de 1.400 coligalleros y se han expulsado a 700, 180 resultaron detenidos y pasados a los tribunales.

Las pregunta que saltan son: ¿cuándo llegará la verdadera solución sobre estos problemas migratorio y de salud? ¿Y cuándo se resolverá el grave daño ambiental que provoca la fiebre del oro?