Por Ignacio Santos |25 de agosto de 2017, 13:35 PM

Definitivamente, fuera de toda duda, el empresario Juan Carlos Bolaños tenía la obligación ineludible de responder, bajo juramento y en una comisión legislativa, con total y absoluta claridad a todas las preguntas de los señores diputados.  Estamos hablando de un caso donde están de por medio decenas de miles de millones de colones.

Sin embargo, este señor fue a la Asamblea Legislativa a eludir preguntas, a decir no me acuerdo de casos que sucedieron hace un año, y a todas luces parecía que se burlaba de los legisladores que con todo el derecho del mundo lo interrogaban.

Juan Carlos Bolaños actuó en forma prepotente e irresponsable, poniendo una cara de cemento ante las dudas y cuestionamientos que se le formularon.

Resulta por lo menos extraño, inusual y hasta sospechoso que en este hecho, donde -repito- están de por medio decenas de miles de millones de colones de bancos estatales, este señor haya tenido las puertas abiertas desde la casa presidencial y de ministerios, hasta de oficinas de diputados, políticos de los principales partidos políticos y de bancos estatales.

Después de ver la actitud de Juan Carlos Bolaños hoy en la Asamblea Legislativa, las dudas que existían, los cuestionamientos contra su negociación para importar cemento de China, y las interrogantes sobre la actitud y ayuda que recibió de funcionarios públicos del más alto nivel,  merecen investigarse con aun mayor profundidad y sin tener el error reparo en que caiga quien caiga.

La actitud de Juan Carlos Bolaños hoy en la Asamblea Legislativa multiplica las dudas, las sospechas y los cuestionamientos en torno a este caso.