1 de julio de 2013, 3:27 AM

Es inevitable pasar por situaciones en la vida que nos generan heridas en el alma... Y después lo que viene es, respirar profundo y continuar, buscando cerrar la herida aunque quede una cicatriz.

Pero a veces esas cicatrices del alma duelen y las personas sienten que esa herida se vuelve a abrir.
Eda Quirós, psicóloga, explica cómo asimilar el dolor que genera las cicatrices del alma. Según la especialista para superar ese dolor las personas deben seguir una serie de pasos igual que cuando se produce una herida física.

Lo primero que se debe hacer es reconocer el problema y ver la manera de hacer que esa herida deje de sangrar.
En segundo lugar hay que darse permiso de sentir. De sentir dolor, de sentir enojo y de vivir esos sentimientos. Ese paso consiste en reconocer su parte humana y vivir el duelo.

Para Quirós, resulta importante, vivir todas las etapas del duelo. Llorar o sufrir, es parte de vivir las experiencias y agrega que resulta más fácil cuando se tiene un apoyo.

Esa persona que esté al lado, tiene que saber también que ese dolor que se siente y que se manifiesta en el sufrimiento, también es útil y sirve para ir dando pasos.

“A la cicatriz hay que ponerle cremita, tengo que estar pendiente de seguir cuidando eso. Olvidar no sirve de nada, eso no me ayuda a cuidar esa herida. Hay que recordar que estoy en una etapa vulnerable, de cuidarme mis afectos, mis enojos, mi capacidad de tomar decisiones”, dijo la especialista.

Asimismo, Quirós asegura que aunque no es fácil, es vital superar estos baches y seguir adelante.